Las cadenas poliméricas de un coloide liófilo están protegidas por vainas de moléculas de agua, que solvatan sus grupos funcionales; estas moléculas de agua se unen por puentes de hidrógeno a los grupos hidroxilos, lo cual forma una envoltura de agua de hidratación que impide que los segmentos de las cadenas se toquen. En este proceso las partículas en el sol se unen gradualmente para formar cadenas cortas y filamentosas que se entrecruzan de modo que la viscosidad del sistema aumenta, llegando finalmente a un estado semisólido, semirrígido gelatinoso.